Título: Un país con demasiados reyes
Autor: Miguel Ángel Mendo
Resumen: En un pequeño país, ocurría una cosa bastante peculiar: todos sus
habitantes eran reyes, sus esposas, reinas, y sus hijos e hijas, príncipes y
princesas.
Las tiendas de muebles vendían tronos y
camas imperiales, todas las personas compraban capas de piel de armiño y, en
ves de sombrererías, había coronerías, porque cada uno tenía su propio estilo
de corona.
Un raro día apareció por allí un joven
caballero que se había perdido por aquellas tierras. Estaba hambriento y, al
toparse con los primeros palacios, se encontró a un pequeño príncipe jugando en
el suelo.
Alarmados por ese griterío, casi todo el pueblo se reunió allí, curioso.
El caballero se quedó asombrado al ver tal número de reyes, reinas, príncipes, princesas...
De pronto, empezaron a discutir de quién era el nuevo súbdito. La cosa empeoró, pues parecía que en cualquier momento el joven se iba a romper de los tirones que le daban. La cosa se puso mucho más negra todavía, y en medio de aquel barullo de puñetazos, patadas e insultos, el caballero a duras penas pudo escapar.
De pronto, una de las cientos reinas lo vio y se aferró a su pierna, suplicando que no se fuera. Cuando éste logró soltarse y montar en su caballo, a velocidad supersónica salió pitando de allí. Cuando miró hacia atrás para comprobar que no había sido una pesadilla, observó que una formidable cantidad de reyes, reinas, príncipes y princesas corrían tras él, suplicando que se quedara.
Pero, ya era un poco tarde, el caballero, atemorizado y atónito a su vez, achuchó a su caballo en señal de que no dejara de galopar hasta perder de vista a esa extraña tierra de reyes y reinas.
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